Estamos leyendo buenas descriciones literarias y nos estamos fijando en el léxico utilizado. Hemos de ampliar nuestro vocabulario y por eso prestamos especial atención a los adjetivos calificativos, a los sustantivos que designan partes del cuerpo y a los sustantivos que designan predas de vestir. Aquí tenéis la corrección del ejercicio.
¿Pensáis que las imágnes reproducen fielmente la descripción literaria?
¿Pensáis que las imágnes reproducen fielmente la descripción literaria?
- adjetivos calificativos
- sustantivos que designan partes del cuerpo
- sustantivos que designan prendas de vestir
“Mi interés por él
y mi curiosidad por conocer cuáles eran las finalidades de su vida fueron
haciéndose mayores y más profundos a medida que transcurrían las semanas. Hasta
su persona misma y su apariencia externa eran como para llamar la atención del
menos dado a la observación. Su estatura sobrepasaba los seis pies, y era tan
extraordinariamente enjuto, que producía la impresión de ser aún más alto. Tenía
la mirada aguda y penetrante, fuera de los intervalos de sopor a que antes me
he referido; y su nariz, fina y aguileña, daba al conjunto de sus facciones un
aire de viveza y de resolución. También su barbilla delataba al hombre de
voluntad por lo prominente y cuadrada. Aunque sus manos tenían siempre borrones
de tinta y manchas de productos químicos, estaban dotadas de una delicadeza de
tacto extraordinaria, según pude observar con frecuencia viéndole manipular sus
frágiles instrumentos de Física.”
Estudio en escarlata,
Arthur Conan Doyle, Anaya, Madrid, 2010, pág. 22
4.-Peter Quint “fantasma” visto por la
institutriz en la novela Otra vuelta de
tuerca (1897) del escritor norteamericano Henry James (1843-1916)
Cartel de la adaptación cinematográfica de la novela, dirigida por Jack Clayton (1961) y titulada en inglés "The innocents" |
"Es
pelirrojo, muy pelirrojo, de rizos apretados y rostro pálido, de forma
alargada, con buenos rasgos rectos y pequeñas patillas bastante raras, que son
tan rojas como su cabello. Sus cejas son en cierta forma más oscuras; se ven
especialmente arqueadas y como si se movieran mucho. Tiene los ojos agudos,
horriblemente… extraños; pero sólo sé con claridad que son bastante pequeños y
muy fijos. Su boca es grande y sus labios finos, y, salvo por sus pequeñas
patillas, está bien afeitado. Me da como la sensación de que tiene aspecto de
actor.
-¡Un
actor! –Era imposible parecerse menos a uno que la señora Grose en ese momento.
-Nunca
vi a un actor, pero supongo que son así. Es alto, activo, erguido-, proseguí-,
pero para nada, ¡no, para nada!, un caballero."
Henry
James, Otra vuelta de tuerca, Losada,
2010, Buenos Aires, Argentina
Henry
James, escritor norteamericano, (1843-The
turn of the Screw 1897)
5.-COPELIUS en El hombre de arena de E.T.A Hoffmann (1817)
5.-COPELIUS en El hombre de arena de E.T.A Hoffmann (1817)

Imagínate
un hombre de anchos hombros con una enorme cabeza deforme, una tez mate, cejas
grises y espesas bajo las que brillan dos ojos verdes como los de los gatos y
una nariz gigantesca que desciende bruscamente sobre sus gruesos labios. Su
boca torcida se encorva aún más con su burlona sonrisa; en sus mejillas dos
manchas rojas y unos acentos a la vez sordos y silbantes se escapan de entre
sus dientes irregurales. Coppelius aparecía siempre con un traje color ceniza,
de una hechura pasada de moda, chaqueta y pantalones del mismo color, medias
negras y zapatos con hebillas de estrás. Su corta peluca, que apenas cubría su
cuello, teminaba en dos bucles pegados que soportaban sus grandes orejas, de un
rojo vivo, e iba a perderse en un amplio tafetán negro que se desplegaba aquí y
allá en su espalda y dejaba ver el broche de plata que sujetaba su lazo.
Aquella cara ofrecía un aspecto horrible y repugnante, pero lo que más nos
chocaba a nosotros, niños, eran aquellas grandes manos velludas y huesudas;
cuando él las dirigía hacia algún objeto, nos guardábamos de tocarlo.
Copelius, personaje del cuento de terror de Hoffmann El hombre de arena
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